Comencé a escribir hace unos catorce años. Pero como buen adolescente, mis textos estaban acompañados de duda e inseguridad. Podía pasar horas de horas creando y no faltaron las veces que le di la bienvenida al sol y aun así, no quería que mis papás supieran que escribía, entonces me escabullía antes del amanecer.
Los primeros años tenía tal miedo que a la gente no le gustara era tal que no le conté a nadie. Es más, firmaba con un pseudónimo. Se podría decir que mis primeros trabajos están escritos por otra persona.